Kings of Convenience |
Madrid necesitaba un festival,
siendo la capital carecíamos de un evento musical de una mayor dimensión a
nivel nacional, y quién sabe si internacional, y el DCODE Festival vuelve un
año más para cubrir esa necesidad nuestra.
El primer día de esta segunda edición
comenzó de la mano de dos bandas de Granada: Niños Mutantes y Napoleón Solo.
Niños Mutantes saben cómo ganarse a su público, a pesar de la poca justica que
les hacía el tocar a horas tan tempranas, presentaron un show eléctrico con
canciones como Naufragos, Las noches de insomnio, Caerán los bancos o Hundir la flota. Uno de los inconvenientes de este festival que se
hizo más difícil superar fue la solapación de los horarios de los artistas, si
querías ver a uno en el escenario DCODE te perdías a otro en el Heineken.
Napoleón Solo han crecido, Chica Disco, su reciente álbum lo demuestra y en
directo lo pudimos comprobar. Alonso Díaz, alma de la banda, juega con la voz y
melodías divertidas interpretando Adiós,
Antes de que ocurriera o Ramira de este nuevo disco y recuperando
hits de su debut, entre ellos Lolaila
Carmona.
Dorian |
Uno de los alicientes de la
primera jornada a nivel nacional era Dorian, banda que regresa a Madrid tras
cerrar su gira el pasado año. Hicieron especial hincapié en un repertorio
centrado en La Ciudad Subterránea, su último disco, no faltaron Verte amanecer o Paraisos
artificiales. Antes de entonar su Cualquier
otra parte, hicieron una pausa en el concierto para mostrar una pancarta
donde se podía leer “La cultura no es un lujo NO a la subida del IVA” y leer un
manifiesto como muestra de su disconformidad respecto a este duro ataque a la
cultura. Bien es cierto que les costó ganarse a un público disperso, hasta que
no sonó La Tormenta de Arena no
alcanzaron la comunión con su audiencia que necesitaban.
La gran sorpresa de la noche vino
de la mano de Kings of Convenience. Un concierto que quizá parezca más adecuado
para el ambiente que ofrece una sala que el de un festival, pero que según
avanzaba el show in crescendo la
banda noruega nos fue ganando a cada uno de nosotros, cerrando un curioso y
agradable concierto, principalmente acústico, con I’d rather dance
with you. Sin embargo, dEUS dieron un concierto para fans, los fieles lo
disfrutaron, pero aquellos que no estamos muy metidos en su música el cambio se
hizo pesado respecto al relajado tempo de Kings of Convenience. Acompañados de
unas proyecciones, la banda belga encabezada por Tom Barman dieron rienda
suelta a su energía, palpable en canciones como Sirens o Suds & Soda.
Hacía casi cuatro años que Sigur Rós no visitaban Madrid, y las
ganas que había de ver a los islandeses en directo por estas tierras no eran
pocas. En teoría, el concierto se incluía en la gira que está realizando Sigur
Rós con motivo de la salida a la venta de su último disco Valtari, pero esperar
que se cumpla la teoría con un grupo que ha roto tantos moldes en las últimas
dos décadas era pecar de iluso. Sigur Rós solo incluyó un tema de su último
disco en el setlist del concierto, Varúd,
algo que no era de extrañar tras escuchar el LP con detenimiento, puesto que,
desde luego, no parece pensado para el directo, sino más bien todo lo
contrario.
Sigur Rós |
Así, en un escenario plagado de luces a modo de velas comenzaba a sonar Í Gaer. Y el silencio, se hizo entre el
público. La atmósfera
que crearon los islandeses fue envolviendo con delicada tranquilidad el recinto hasta embutir en su música a todos
cuantos nos encontrábamos allí. Ný
Batterí, Svefn-g-Englar, Saeglópur, Hoppípolla, Med Blodnasir, Olsen Olsen
y Festival sonaron a continuación,
conformando quizás el bloque de temas más populares entre el público. La guitarra eléctrica que Jonsi
rasgaba con el arco de cello creó
un continuo sonido durante toda la noche que por si solo podía llegar a
abotargar al espectador, pero que, sin embargo, en sus manos consigue embellecer aun más
las hermosas melodías vocales y de piano de sus composiciones. Con esta
embriagadora letanía corriendo por nuestros oídos llegamos a la parte final del
espectáculo, en el que se incluyeron Varúd, Hafsól y Popplagid,
tres temas que quizás no eran
los más esperados entre sus fans pero que consiguieron que en ningún momento se
rompiera la línea argumental que
los ilsandeses propusieron sobre el escenario desde el principio del
concierto.
Así, sumidos entre una niebla propia de la misma Reikiavik acabó un espectáculo
digno de ver y oír, y solo entonces los once músicos sobre el escenario
levantaron la cabeza de sus instrumentos para saludar abrazados a todos cuantos
esa noche se habían congregado allí. Sin
grandes artificios, sin extravagancias de ningún tipo, solo ataviados con su
música. Mucho más que suficiente.
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